El siguiente texto forma parte del libro digital de “Las mujeres cambian los museos: De la igualdad a la equidad“, que también puede ser consultado en línea. Mi colaboración en el proyecto inició en el 1er Foro- Madrid titulado Escenarios de empoderamiento. Autoridad compartida entre museo y comunidad1, en el que tuve el honor de participar en una conversación con Marián López Fdz. Cao, a quien agradezco la invitación, y Lilián Amaral.
La posibilidad del museo no se encuentra en un producto de lo que ocurre o sucede en él, sino en su impermanencia. En lo común y en lo compartido, la institución se ha resistido a esa potencia: Al día de hoy, en una pandemia que aún no termina, la práctica museológica no ha sido suficiente para la diversidad de formas de construcción de sentido y el cuidado colectivo, particularmente aquél que acompaña a las mujeres, las disidencias sexo-genéricas y la mayoría global (personas marrones, personas negras, personas de pueblos originarios).
Cuando se habla de la responsabilidad cívica y social de los museos, se ponderan las mediaciones con sus públicos, distanciándose de la fuerza laboral que es también constituyente de estos espacios. Esta lejanía es aún mayor cuando se trata de mujeres2 pues, aunque se argumenta el balance de género en empleo y contrato, no es así en el poder de decisión e influencia, ni tampoco en la distribución económica y el reconocimiento social. ¿Es que la narrativa del “museo de todos” se refiere únicamente a los hombres blancos?, ¿es el planteamiento de la inclusión un engaño?, ¿el museo reconoce nuestra agencia como trabajadoras y trabajadorxs?
Éste es el momento para desmontar el marco hegemónico que funda al museo, para quitarle el control al acceso, para reprobar el privilegio de la academia y la institución, para reclamar el espacio, para darnos cuenta de nuestra complicidad y exigir(nos) prácticas justas. Este ejercicio crítico implica un proceso complejo de transformación, más colectivo que individual (Sternfeld, 2016), que conlleva una capacidad política (Rodrigo, 2015) más que reflexiva y personal.
A continuación, dejo una lista inacabada de cosas hechas y por hacer en la desobediencia de lo que ya está dado y por la posibilidad del trabajo común. El museo bosqueja un límite, es tan solo una forma; la sustancia somos las personas y las relaciones que establecemos. Por ello, en esta serie de acciones, también nombro a mujeres y colectivas, que viven en sus palabras –que inspiran las mías– y que, desde la disidencia, llaman a construir espacios tan propios como políticos. Me faltan ideas y agitadoras, por lo que aguardo las voces de las lectoras.
Cosas por hacer:
- Practicar lo que se predica (Janeen Bryant)
- Confiar en el proceso
- Cuestionar el proceso
- Señalar la falta de transparencia
- Acuerpar (Lorena Cabnal)
- Comprometer recursos (Empathetic Museum)
- Perder el miedo a la controversia (Empathetic Museum)
- Superar la tradición del silencio (Gloria Anzaldúa)
- Descentralizar las estructuras del museo (Kayleigh Bryant-Greenwell)
- Romper el ciclo de cultura abusiva (Anniessa Antar)
- Desaprender con otres (Nora Sternfeld)
- Renunciar al poder, renunciar a la idea de que el conocimiento del museo es el más potente (Bianca Morán)
- Honrar el conocimiento y experiencia de las personas sin poder o capital (Bianca Morán)
- Formar procesos anti-hegemónicos (Gayatri Chakravorty Spivak)
- Dejar de suponer, preguntar y escuchar
- No depender de las excusas (Laura Lott)
- Dejar atrás las narrativas épicas, las acciones esporádicas y aisladas (Yaiza Hernández)
- Reconocer a las personas que nos rodean y aplaudir sus contribuciones (Joan Baldwin)
- Organizarnos
- Encontrarse con otras luchas, las propias y las comunes (Dora García)
- Armar alboroto (Educadorxs)
- Incomodar (Yolanda Segura)
- Especular, imaginar radicalmente (Saidiya Hartman)
- Mantener la atención y la constancia, dedicar tiempo y asumir la responsabilidad (Empathetic Museum)
- Nunca acabar
Es ahora cuando hay que actuar a favor de la historia que queremos. Espero que, en la celebración de nuestras diferencias, sea el lado de les otres, de las antagonistas, de los contrapúblicos, de les constituyentes.
Agradezco a Marián, Lilian y la equipa de “Las mujeres cambian los museos” por su recibimiento cálido, es a partir de esos pequeños fuegos que podemos encender las transformaciones.
*Libro Las mujeres cambian los museos: https://www.ucm.es/data/cont/media/www/78592//02%20MUJERES%20CAMBIAN%20MUSEOS-7%20(1).pdf
*Más información en https://www.mujerescambianlosmuseos.com/.
Referencias
Jennings, G., Mann, S., Zepeda, N., Cullen, J., Hove, C., Bryant, J., & Bryant-Greenwell, K. (2019). The Empathetic Museum: A New Institutional Identity. Curator. The Museum Journal: https://doi.org/10.1111/cura.12335
Rodrigo, J. (2015). Mediación, interpretación, transculturalidad. El museo como zona de contacto. Museos.es: Revista de la Subdirección General de Museos Estatales(11), 25-38.
Sternfeld, N. (2016). Aprender desaprender. Errata #16: https://revistaerrata.gov.co/contenido/aprender-desaprender
- El título de este foro fue trabajado desde el texto que escribí con el mismo nombre, “Escenarios de empoderamiento. Autoridad compartida entre museo y comunidad“. ↩︎
- Hay algunos reportes, en USA, UK y seguramente en otros países, sobre la importante presencia de las mujeres en el trabajo museal (sobre todo en la labor educativa por sobre los puestos directivos). No tengo conocimiento de reportes similares con respecto a las disidencias sexogenéricas. ↩︎