La museografía es un ejercicio colaborativo donde curadorxs, diseñadorxs, educadorxs y artistas trabajan con las posibilidades del espacio y la narración como una forma de comunicación y mediación que sugiere procesos de relación, reflexión y experiencia. El propósito de la museografía no es solamente crear un ambiente a recorrer, sino involucrar a lx usuarix de ese espacio en la apropiación del planteamiento e intenciones de los discursos propios de lx artista o de los curadorxs.
Buster Simpson (1942) es uno de lxs artistas comprometidos con el entorno más relevantes en la actualidad, gracias a sus aportaciones al rol del arte público y a la responsabilidad ambiental. Recuperando materiales de edificios demolidos, protegiendo árboles y aguas, reciclando objetos y reusándolos, Simpson lleva más de cuatro décadas trabajando en los vecindarios y ciudades del noroeste de Estados Unidos. Durante el segundo semestre de 2013, se presentó una retrospectiva de este artista, Buster Simpson // Surveyor, en el Frye Art Museum, el primer museo gratuito de Seattle, Washington. Este espacio se caracteriza por una colección fundacional de arte alemán de los 1900s1, mayormente dedicada al arte figurativo; pero, en los últimos años, ha desarrollado diversas exposiciones cuyos montajes promueven el diálogo, juego, enfrentamiento hasta provocación entre su colección e, instalaciones, videos y performances.
La exposición Buster Simpson // Surveyor documentó la influencia y el cuerpo del trabajo del artista, como una llamada de atención a su metodología y legado artístico a nivel regional y mundial. Los retos museográficos de la exposición consistieron, por un lado, en la política de no usar materiales nuevos en el montaje, y por otro, en llevar a los límites del museo una obra efímera, performática, realizada anteriormente en espacios públicos (Farr, 2013). El resultado es un buen ejemplo de la museografía como mediación, es decir, como la posibilidad de generar no solamente procesos interpretativos, sino vínculos entre lo conocido, lo extraño y lo imaginario.
La exposición no se contuvo en el museo: Se colocó una pieza en el exterior del mismo y, se instalaron varias obras temporales en espacios públicos, entre ellas “Shared Solar Clothesline”, ubicada en uno de los callejones cercanos al Pike Place Market (el famoso mercado del centro de Seattle), mismo lugar donde Buster había montado esta obra hace 35 años. Para conocer estas piezas, se propusieron recorridos caminando y en bicicleta.
Dentro de las salas del museo, el curador de la exposición y director adjunto del museo, Scott Lawrimore, y el artista trabajaron con la intención de mantener el fundamento conceptual de la obra; recurrieron a distintos formatos y materiales para introducir y envolver a lxs visitantes en los procesos llevados a cabo por Simpson en sus obras: El artista rompió con un hacha partes de los muros de las salas para usar el aserrín y algunos tablones como soporte de algunas obras. Estos cortes en las paredes permitían asomarse a otros espacios, tal cual sucede entre los edificios de los callejones de una ciudad. El muro donde estaba colocado el título de la exposición recibía al público con uno de estos hachazos y el residuo de madera que se había generado; además el texto introductorio estaba hecho a mano. Igualmente, las cédulas de la exposición se escribieron sobre tablas de madera: En cada una de ellas se podían ver los márgenes y guías para escribir, así como las correcciones de los textos. Un gran recurso para descubrir el desarrollo del cedulario, pero también de difícil y cansada lectura.
Entre otros recursos, siguiendo la política de “no materiales nuevos”, se instalaron televisores viejos que hicieron las veces de sillas; y para el catálogo se utilizaron libros de texto y otros catálogos usados.
Las pocas críticas que recibió esta exposición se concentran en el museo como un contendor que descontextualiza y limita la obra del artista, aquél que pertenece a la calle, al espacio abierto y público; y, decididamente, el museo no logró limitar a Simpson. Con cuidado, la museografía mostró el propósito de custodiar las intenciones del artista, bajo la ardua tarea de mantener la política de “no materiales nuevos”, además de envolver al espectador en la experiencia del material y del proceso. La puesta respondió a un ejercicio conciente y retador, como la misma obra de Simpson, y sin duda aporta una gama de posibilidades para propuestas museográficas sustentables y/o de bajo presupuesto.
Referencias
Farr, Sheila. “Enter the Woodman: The Frye Recaps the Career of Eco-Artist Buster Simpson”, SeattleMet, Junio 18, 2013.
***Este texto fue modificado en febrero 21, 2024, y originalmente publicado en NodoCultura, https://nodocultura.com/2014/03/06/no-materiales-nuevos-usos-y-resusos-en-la-museografia-de-buster-simpson-surveyor/, en marzo 6, 2014.
- Actualmente cuenta con una colección que también comprende arte contemporáneo y local del Noroeste. ↩︎